Primero fueron unas duras acusaciones a través de la prensa, pero ahora ha llegado el golpe en los tribunales. Julio Scherer, exconsejero jurídico de la Presidencia y brazo de derecho de Andrés Manuel López Obrador hasta su salida del Gabinete el año pasado, ha presentado una denuncia contra el fiscal general, Alejandro Gertz, por tráfico de influencias, coalición de servidores públicos y asociación delictuosa. La ofensiva legal de Scherer eleva un conflicto larvado en las más altas esferas del poder mexicano y ante el que el presidente ha procurado hasta ahora ponerse de perfil. Hace un mes, Scherer acusó a Gertz en una columna del semanario Proceso de tramar una conspiración en su contra por “venganzas personales”. Ahora ha llevado esas acusaciones ante la Fiscalía anticorrupción.
La denuncia no solo está dirigida a Gertz, a quien califica como un “hombre parcial, vengativo y envenenado”. Incluye también a cuatro de sus colaboradores más cercanos en la agencia, desde el subprocurador general, Juan Ramos López, hasta la fiscal de Asuntos Internos, Adriana Campos. Scherer concreta en el texto de la denuncia que en algunos casos ha sido testigo y en otros “víctima de hechos que involucran, de manera directa, principalmente al hoy fiscal general de la República, el doctor Alejandro Gertz Manero y otros servidores públicos de dicha Fiscalía que pudieran constituir conductas delictivas, a través del uso faccioso de la Fiscalía, por intereses personales perversos”.
Scherer comienza apuntando a las “fabricaciones” contra la familia política del fiscal, una de las múltiples disputas y polémicas que tiene abiertas Gertz. La Suprema Corte de Justicia ordenó a finales del mes pasado cancelar la orden de detención contra Laura Morán, cuñada del fiscal, y liberar inmediatamente a su hija, Alejandra Cuevas, ambas acusadas por el propio Gertz de provocar la muerte del hermano del procurador. La decisión judicial representó un enorme golpe para el fiscal general, envuelto en acusaciones de haber usado el peso de la justicia para perseguir sus propios intereses.
Esa es la acusación que hace ahora formalmente Scherer. En la denuncia se recoge una supuesta reunión el año pasado en la que el fiscal le habría pedido al todavía consejero jurídico de la Presidencia que intercediera y presionara al Poder Judicial para que le fueran negados los juicios de amparo que habían interpuesto ambas mujeres contra las denuncias de Gertz. “Por no servirle un día”, apunta Scherer en el texto, “yo mismo me encontré en los caminos de la venganza que define y da sentido a la vida del doctor Alejandro Gertz”.
Como ya señaló en su columna acusatoria del mes pasado, la negativa a mediar en el caso de su familia política fue, según la denuncia, el detonante de una ofensiva a través de un puñado de casos judiciales contra él y su entorno. “Hoy me toca elevar mi denuncia al ámbito judicial. Por mi honor, por el de mi familia y por combatir el círculo de miedo que Gertz pretende infundir”.
El cerco judicial se ha plasmado de momento en la denuncia de la Fiscalía contra un despacho de abogados cercano a Scherer por extorsión, tráfico de influencias y lavado de dinero. Tras varios retrasos en la celebración de la primera vista del caso y posterior a las primeras acusaciones lanzadas por Scherer en la prensa, la FGR echó para atrás las imputaciones sobre los abogados hace dos semanas. La denuncia presentada este viernes señala también los pleitos de Gertz con la Universidad de las Américas de Puebla por los derechos de propiedad intelectual o el conflicto permanente con Santiago Nieto, exdirector de la Unidad de Inteligencia Financiera. Scherer incluye también la actuación del fiscal en el caso Odebrecht. La denuncia afirma que Emilio Lozoya, encarcelado preventivamente desde noviembre, vivió hasta entonces un encierro privilegiado y un trato de favor por parte del fiscal general de la República.